Giacomo Bocchio, orgulloso de ser tacneño: “El sentimiento patrio es muy fuerte”
Giacomo Bocchio no puede ocultar su amor por Tacna, que este lunes cumple 94 años de su reincorporación al Perú. “Hoy no encontraríamos un grupo humano que esté dispuesto a luchar por ser peruanos durante 49 años y 3 meses”, asegura.
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Giacomo Bocchio resalta el papel de la mujer tacneña. Fotos: composición de Álvaro Lozano/ La República / Instagram de Giacomo Bocchio. /
Este lunes 28 de agosto se conmemora un año más de la Reincorporación de Tacna al suelo peruano. Y como se sabe, los tacneños no pueden ocultar su orgullo por la ‘Ciudad Heroica’. Uno de ellos es el cocinero peruano Giacomo Bocchio, quien se desempeña como juez en ‘El gran chef: famosos’ y quien en más de una oportunidad se ha expresado bien de su ciudad natal.
Por este aniversario 94 de Tacna, Giacomo Bocchio nos brindó una entrevista para hablar de lo que significa ser tacneño y también para recordar a sus familiares que fueron clave en la época de cautiverio de esta parte del territorio. Además, el famoso chef quiso destacar el papel de la mujer tacneña antes, durante y después de la reincorporación de su ciudad al dominio peruano.
―¿Qué significa ser tacneño para ti?
―Es un orgullo tremendo. Yo creo que Tacna tiene mucho que enseñarle al Perú, empezando por el patriotismo y por el papel importante que jugaron las mujeres durante los 49 años y tres meses de cautiverio que tuvo Tacna. Entonces, Tacna es una emoción, pero al mismo tiempo es un espacio de inspiración para los peruanos en relación con lo que es el amor a tu país, a tu patria.
―¿Qué recuerdo tienes de tus 28 de agosto en Tacna? ¿Lo celebraban en tu casa o era un día más?
―Los 28 de agosto no pueden pasar desapercibidos en Tacna. Todos los años que he vivido en Tacna siempre han sido muy importantes. Tacna es frontera con Chile y todos los domingos, sea 28 de agosto o no, hay desfiles y avistamiento de la bandera en el Paseo Cívico. O sea, el sentimiento patrio en Tacna es muy fuerte, entonces todos los 28 que yo recuerdo desde niño, y hasta los que sigo yendo hoy en día, siempre son fechas importantes, parecen mi cumpleaños.
El papel de la mujer en el cautiverio de Tacna
―Tu bisabuela logró ser alcaldesa del distrito de Pachía en dos oportunidades. ¿Fue por elección popular o a dedo?
―Es la primera alcaldesa democrática de Pachía. Antiguamente, en los pueblitos, los alcaldes se escogían a dedo. O sea, a la gente que había hecho algo por el pueblo, que había hecho un colegio o que había puesto una posta. En su caso fue democrático.
―¿Por qué el papel de la mujer tacneña fue muy importante?
―El papel de la mujer tacneña es muy importante. Durante esos 49 años y tres meses de cautiverio que tuvo el pueblo de Tacna, las tacneñas se negaron a casarse para de esa manera no ‘chilenizar’ la ciudad. La manera más sencilla de chilenizar un espacio conquistado era a través de los matrimonios o de las juntas entre hombres chilenos y mujeres tacneñas; y las tacneñas se negaron a eso. Gracia a eso, Mario Vargas Llosa escribe la novela ‘La Señorita de Tacna’, en la que se muestra que Tacna era una ciudad de señoritas porque, si se casaban, hubiera pasado lo mismo que pasó en Tarapacá y en Arica, que se chilenizaron porque se volvieron familias chilenas; mientras que en Tacna eso no pasó. Y después de los casi 50 años, cuando se suponía que iba a ser el Plebiscito que nunca se dio, ya quedaba claro que el pueblo de Tacna no quería ser chileno.
―Pero muy poco se habla de ellas.
―Me da pena que hoy en día, habiendo tantos grupos feministas, ninguno de ellos rescate el valor y el papel de la mujer tacneña como ejemplo a seguir. Me parece que eso es lo que toca, lo que corresponde. Lamentablemente, pareciera que se quisiera perder el sentimiento patrio muchas veces. Y hoy en día hay toda una cultura un poco progresista de eliminar las fronteras, de perder las emociones patrias y yo estoy en contra de eso. Entonces, mientras tenga voz, siempre diré que me enorgullece ser tacneño y me enorgullece pertenecer a una casta de mujeres tacneñas que lucharon por sus ideales. Y sus ideales estaban totalmente relacionados con la patria.
―Aparte de que no quería casarse con chilenos, ¿qué otra función cumplió la mujer en la reincorporación de Tacna al Perú?
―De educar a las nuevas generaciones, porque la educación que te daban en el colegio era chilena. Te mostraban que lo que había pasado era culpa del Perú y que teníamos que estar agradecidos a Chile por ser parte de Chile en ese momento. Entonces, cuando los niños llegaban a la casa, el papel de las mujeres era reeducar a los niños, decirles: ‘Eso que te acaban de enseñar en el colegio así no es, es de esta manera’. La mujer tacneña no le tenía miedo al soldado chileno, con el que se cruzaba todos los días porque la ciudad estaba totalmente militarizada y tenía que tratar con ellos. Y como tenían que enseñar la educación peruana a los niños, se formó un gran grupo de profesoras tacneñas que son mujeres de armas tomar, son gente muy estricta. Mi abuela también fue maestra. Era una mujer fuerte, valiente, culta y conocía Tacna al derecho; inclusive tiene un poemario a Tacna.
Giacomo Bocchio destaca poema que escribió su abuela Nelly Bocchio. Foto: Facebook Giacomo Bocchio
―¿Y cuál fue el papel de tu bisabuelo?
―Mi bisabuelo era italiano y en la época del cautiverio, él hacía vino como muchos. Entonces, sacaba en toneles de vino a los jóvenes peruanos que habían nacido en Tacna —que en ese momento era Chile— hacia donde empezaba el Perú para que no tuvieran que hacer el servicio militar bajo la bandera chilena. De ahí viene esa famosa frase ‘Un saludo a la bandera’. Esa es una frase tacneña. Un saludo a la bandera significa que no tiene ninguna importancia, porque evidentemente no están hablando de la bandera peruana, sino de la bandera chilena que flameaba durante esos 49 años y tres meses en nuestra ciudad. Entonces saludarla era lo mismo que nada. En ese tiempo, el peruano no tenía ni voz ni voto. Tú decías un 'Viva el Perú' y te mataban.
―¿Cómo recordar cosas tan penosas de Tacna sin odiar a los chilenos?
―No hay por qué odiar a los chilenos. Mi discurso jamás tiene ningún tipo de odio hacia ningún pueblo. Es simplemente orgullo, amor y pasión por lo que nos corresponde a nosotros, por nuestro patriotismo. Es hablar bien de nosotros. Para hablar bien de un pueblo no hay que hablar mal de otro. No es necesario.
La gastronomía y el cautiverio de Tacna
―¿Cómo afectó el tema del cautiverio a la historia gastronómica de Tacna?
―No hay muchos platos famosos en Tacna, pero hay algunos. Justamente fueron casi 50 años en los que no se podía celebrar nuestra peruanidad. Mientras otras ciudades del Perú evolucionaron con sus platos típicos, en Tacna no existía esa posibilidad porque la peruanidad estaba limitada.
―Dentro de esa limitación, ¿cuáles son esos platillos que darías a conocer y cuál es el que más te gusta?
―El picante a la tacneña, el pastel de choclo y el charquicán. Pero le tengo un cariño especial al pastel de choclo dulce porque es una preparación de mi bisabuela. No lo digo yo, lo dice Basadre. Mi bisabuela era cocinera y su esposo italiano era restaurantero, pero fallece y su hijo mayor es el que toma las riendas del restaurante y así mi abuelo, Guido Bocchio Rejas, se convierte en el restaurantero y mi bisabuela en jefa de cocina.
Gastronomía tacneña. Fotos: Giacomo Bocchio
―Finalmente, ¿qué les dirías a todos los tacneños en este aniversario?
―Les mando un fuerte abrazo a todos los tacneños, que recuerden que somos un pueblo donde se inicia la patria y que creo que hoy en día no encontraríamos fácilmente un grupo humano que esté dispuesto a luchar por ser peruanos durante 49 años y tres meses. Entonces, ese recuerdo debemos mantenerlo vivo y debe ser un norte a seguir para nosotros que nos consideramos patriotas.