Conoce a Margaret Howe, la científica que tuvo un 'romance' con un delfín

Diversas investigaciones científicas indican que los delfines son los animales más inteligentes del mundo. Estos mamíferos tienen características muy parecidas a las de los humanos; por ejemplo, producen distintos sonidos para comunicarse.

La mujer que 'conquistó' a un delfín

La historia de Margaret How es realmente extraña, pero con los estudios en la actualidad se han podido descubrir algunos patrones en los delfines. Todo comenzó en 1960, cuando Frank Drake, un astrónomo, y John Lilly, neurocientífico, decidieron investigar la comunicación entre humanos y delfines por vibraciones en la voz o movimientos con el cuerpo.

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Por lo interesante que resultó el objeto de estudio, la NASA, entidad que en un inicio financió el proyecto, pidió voluntarios. Fue así como Margaret How Lovatt se presentó para ser parte del equipo de investigación.

Ella se trasladó hasta la Casa del Delfín, un laboratorio en ubicado en las islas Vírgenes, donde se encontraba Peter, uno de los mamíferos con los que se experimentaría.

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El vínculo entre Margaret y Peter

Margaret estudió a la mayoría de los delfines del lugar y descubrió que muchos de ellos hacían sonidos particularmente similares a los humanos. Debido a ello, se interesó en ahondar en el proyecto y buscó un animal con el que pudiera practicar.

Durante gran parte de aquellos años, Margaret pasó tiempo con los mamíferos. De hecho, se cambió de residencia para estar cerca de los delfines, A raíz de esta cercanía, formó un lazo muy íntimo con Peter, uno de los cetáceos.

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Peter estuvo enamorado

Mientras Margaret lo trataba como un confidente al que le podía contar todas sus cosas, la relación pasó a un plano sexual, uno en el que Peter actuó y frotó su cuerpo contra el de su cuidadora. Lo más extraño es conocer que Howe no negó tal acto, sino que, al contrario, lo apoyó dándole estímulos.

“No fue algo sexual por mi parte…, sensual quizás. Me pareció que estrechaba el vínculo. No por la actividad sexual, sino por no tener que seguir rompiendo. Y eso es realmente todo lo que era. Yo estaba allí para conocer a Peter. Eso era parte de Peter”, mencionó la joven de 33 años en aquel entonces.

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Un trágico final

Conforme avanzaba la investigación, los auspicios y el patrocinio de la NASA se terminaban, y el estudio se debilitó. El laboratorio donde vivía Peter y otros delfines fue cerrado y ellos terminaron transportados a Miami. Los voluntarios tuvieron que regresar a sus hogares y, por ello, Margaret no tuvo más contacto con su delfín.

Poco tiempo más tarde, algunos veterinarios y personas cercanas comentaron que Peter no duró mucho tiempo lejos de Margaret y falleció de 'amor y tristeza'.