Fallece el perro guía de un invidente de 70 años tras entrar en pánico por los fuegos artificiales
La mascota se asustó por el sonido de los pirotécnicos y fue encontrado a la mañana siguiente sin vida. El caso generó indignación en redes sociales y se volvió viral.
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Rubio fue encontrado sin vida a la mañana siguiente, en el fondo de un barranco. Foto: composición LR/referencial/Andina/EFE. Foto: composición LR/referencial/Andina/EFE / Foto: composición LR/referencial/Andina/EFE
Los fuegos artificiales afectan la tranquilidad y la salud de nuestras mascotas, pudiendo llegar a colocar sus vidas en peligro. El trágico desenlace de Rubio es prueba de ello, un perrito que vivía en Monachil, localidad y municipio español perteneciente a la provincia de Granada, y que huyó despavorido al ser presa del pánico generado por los pirotécnicos de las fiestas patronales.
El can se escapó de casa para escapar del ruido y no pudieron encontrarlo hasta la mañana siguiente tras una intensa búsqueda vecinal. Lamentablemente, el labrador de ocho años fue hallado sin vida en el fondo de un barranco, de acuerdo a medios locales.
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El animal ayudaba a un hombre invidente de 70 años, llamado Juan Navarro, y a una persona más a realizar sus labores diarias. El anciano compartió varios años con Rubio y manifestó que el vínculo que compartía con él es “irremplazable”.
“Cada que sonaba un petardo, Rubio se ponía muy inquieto, se escondía bajo sitios en los que ni cabía”, reveló Navarro.
Los perros son extremadamente sensibles a los sonidos fuertes, por lo que muchos animalistas han intentado prohibir el uso de fuegos artificiales durante años. Foto: referencial/EFE
El señor mencionó que, normalmente, lograba calmar al animal, pero que esta vez la pirotecnia empezó desde temprano, cuando él aún se encontraba en cama. Esta situación ha vuelto a poner sobre la mesa el debate respecto al uso de estos dispositivos, que además de perturbar a los canes, afectan enormemente a las personas con autismo, quienes pueden necesitar de calmantes para sobrellevar una de estas ruidosas noches.
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Juan Navarro tendrá que iniciar un nuevo trámite para que la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) le dé otro perro guía, en un proceso que puede tardar hasta cinco meses en culminar.